Un librito estropeado

 

“El hecho de que la medicina moderna haya adquirido gran eficacia para síntomas específicos, no significa que haya llegado a ser más beneficiosa para la salud del enfermo”

(“ Nemesis medica. La expropiación de la salud”, I. Illich, 1975) La revolución delirante.

Este hecho, porque lo es, ya da para una reflexión, pero en voz alta, siempre la medicina se ha defendido con el apéndice posterior de moderna, independientemente de los resultados, porque su existencia se sustenta en "enferm@s"* con sus respectivas.

Podría parecer de un descerebrado sin sentido común las escritas, y así debe ser, por lo visto, lo razono.

No hace mucho buscando algo de formación para desarrollar alguna herramienta que utilizar, se me argumento, ni quito ni pongo, que eso no era posible porque me contaminaría, SI, ME CONTAMINARÍA, para hacer las veces de lo que más deseo en este mundo, ayudar desde mi roll de par como igual o en primera persona.

O lo que es igual, tengo que seguir siendo un librito estropeado para abordar este delicado tema de salud mental. Esto sí que me parece una frase y concepto descerebrado. Pero a quien se le ocurrió defenderse de algún criterio interior estigmatizante, de esa forma, se le olvida que desde este prisma observamos realidades aunque no se contemplan.

Somos capaces de darnos cuenta donde hay un profesional implicado, siendo conscientes de lo recurrentes que son nuestros argumentos cuando nos desnudamos delante de él/ella. Podemos ser capaces de estar repitiendo un bucle de nuestra vida y a base de matices razonar que trauma o vivencia nos traslado a esta forma de vivir tan especial, y claro esto puede resultar agotador.

De estas dos figuras hay una que no se rinde, y cuando son dos los que no se rinden también somos capaces de discernir que estamos ante una gran PERSONA y detrás de ella un profesional implicado.

No deseo que estas líneas se conviertan en una crítica sin más, pero es que cuando encuentras a alguien que te escucha, tu autoestima vuelve a tomar tono, y tu alrededor tiene sentido, hasta el punto que aquello que abandonaste como proyecto para el día siguiente lo retomas con ilusión, y ese día acumula otro día, y con objetivos cumplidos, y a eso le sucede deseos de retomar también proyectos a corto plazo, y empezar a cumplirlos, y ahora cuando sientes que te escuchan, no que asienten con la cabeza verticalmente y con ritmo de swing, te das cuenta que siempre has pertenecido al mundo que llaman normal, solo que alguna emoción malsana no supiste gestionar, y como sucede a cualquier mortal, te paralizo, y decidieron desviarte a ese submundo construido para clasificar síntomas.

Y esa definida especialidad concreta de explicar sintomatología ha ignorado que en realidad son herramientas para llegar a comprender nuestras voces interiores. Y que junto con la química en pocas décadas se ha encargado de monopolizar las gestiones emocionales de millones de personas, capando la iniciativa de luchar con tu interior y con el exterior. Tanto es así y esto tan verdad que otros tantos millones se levantan con una auto receta de estimulantes para en realidad tapar lo que deberían gestionar, y eso debía de dar que pensar, por que tapar no arregla, sin embargo para otro colectivo al que se nos ha puesto nombre si se nos tapa con química aquello que necesita terapia, o lo que es lo mismo escucha, y es que se necesita muuucho camino para convertirse en un recipiente útil, y muchas formas y técnicas para lograr escuchar con algún fin reparador, aunque sea solo para que logres que la otra persona se escuche a sí misma. Eso no se aprende en un aula.

Tampoco es justo ni lo seria desprestigiar el trabajo ni estudio de los profesionales del sector, cuando lo que reclamo es formación, estudiar o más bien combinar lo que la vida me ha regalado, y me ha convertido en la persona que soy, junto con la teoría a fin de hallar, ojala lo encuentre un equilibrio entre la experiencia y lo mejor de la terapia, claro que eso supondría que a lo mejor me ahorraría un montón de consultas, porque sin más remedio entendería porque soy un loco feliz.

Entonces poco sentido o ninguno tiene ser un librito estropeado, porque alguien que llega a hablar con sus voces interiores de manera coherente , utilizar su recorrido en la vida para aprender, defender su razón, decidir luchar por los derechos de sus iguales, y a la vez vivir con la decisión firme de no alejarte demasiado de ese constructo al que llaman felicidad, SI es, con algo más de formación ÚTIL o VÁLIDO para ahorrar a algún compañero alguna etapa en la que esté a punto de entrar antes de un brote quizás, o quedarse en una etapa más cercana a ese punto de no retorno, porque también existe, los hay que lo eligen y otros están muy deteriorados, y cuando después de un tiempo ves a un compañero de sufrimiento mental, llegar a ese punto de no retorno, te quedas con una frustración, rabia, dolor, impotencia pero sobre todo dolor de no haber entendido como poder ayudarlo.

Algun@s compañer@s ya han comenzado a asomar al mundo normal, el maltrato físico y emocional al que se ha sometido, contenciones, ingresos involuntarios, desconocimiento de derechos fundamentales como pacientes, y también algunos profesionales se plantean cual es el camino a seguir no tanto para integrar a personas a un sistema enfermo, sino como acompañar y aprender de aquell@s a los que se supone que no pueden contribuir, pero la verdad es que luchar con este podrido sistema es una guerra inútil, mejor compartir con quien quiera y sea el merecedor de lo mejor de este colectivo, y por supuesto no contaminarme con él/ella ni de él/ella, bastante trabajo está dando hacer entender que desde nuestra perspectiva se ven muchas realidades aunque no se contemplan.

UN LOCO FELIZ 

* En nuestro colectivo entendemos de diversidad psicosocial no de enfermedades mentales, una cuestión más subjetiva y diversa que los supuestos desajustes orgánicos/bioquímicos del cerebro que hagan que por ello sufras, escuches voces, "te deprimas", tengas delirios, etc... 

Creemos que el sufrimiento psíquico, deviene de la historia vital, de las experiencias traumáticas, del contexto de precariedad socioeconómica, etc... más que de una enfermedad orgánica mental, no sabemos lo que es eso, pero sí lo que nos pasa y ha pasado.