No le debo nada

 Después de hallar alguna información en busca de conocimiento sobre aquello que corre a

través de mi torrente sanguíneo desde que tenía dieciséis años, he llegado a la conclusión que

no debo nada de lo conseguido en mi vida a ningún producto químico que se me haya

recetado, lo razonare.


No hace mucho leí una cita que rezaba así: “si estimamos la búsqueda de conocimiento, nada

debe impedirnos seguir por donde quiera que esa búsqueda pueda conducirnos.” Y esa

búsqueda de conocimiento me ha llevado también a la conclusión de que el miedo creado,

extendido, instaurado y más tarde institucionalizado, ha llevado a millones de personas como

yo a aceptar como si fuera ley, que por la mañana debes tomar una benzodiazepina ,junto a un

estabilizador sintético para arrancar la mañana, temiendo que la ansiedad anulara tu

naturalidad y que el estabilizador sintético recapturara la serotonina suficiente para que no me

acudiera la indiferencia, para al despertar ser aceptado como válido en una sociedad en busca

de no sé qué normalidad.


Durante años creí que mi diagnóstico como, maniaco-depresivo y más tarde ya comprobado

trastorno bipolar era certero, pero según mi juventud se ha alejado de mí, y la experiencia me

ha regalado cierta perspectiva de la vida, me he dado cuenta que aprovecharon los bajones y

subidas de un adolescente, de las indecisiones y de las dudas propias de la edad, para colgar

de por vida un lastre muy pesado: llegar a creer que no puedes, y creer que dependes.


Mi búsqueda también me ha llevado a descubrir que el afán congénito en el ser humano de

clasificar definir y explicarlo todo y el intento de colocar nombre a herramientas y emociones

humanas y convertirlos en síntomas a fin de que aparezca el diagnóstico con nombre propio

POR SISTEMA, ha explotado en la aparición de movimientos liderados por compañer@s de

sufrimiento mental y en sectores más críticos de profesionales. materializados en forma de

artículos, charlas, congresos, traducciones, web.


Nos tendremos que conformar con que de alguna manera arrojan luz sobre la situación,

porque de manera práctica de momento nada. Y confiaremos de alguna manera que en un

futuro que se vislumbra lejano, ayuden a cambiar sinergias y a compartir el esfuerzo por

cambiarlas a supervivientes de esta maltrecha salud mental.


Porque quizás en círculos de grupos de activismo, y en foros de profesionales calzados con las

mismas herramientas a las que critican, puede quedar muy bonito, lo publicado, lo expuesto,

lo razonado públicamente, pero donde se ve el verdadero esfuerzo, por ejemplo, es y puedo

dar fe de ello en un simple y a la vez tan complejo, grupo multifamiliar, madres/padres (cuidador@s) e

hij@s (usuari@s, pacientes, clientes, enferm@s o diagnosticad@s como quieran denominar).


Vínculos dañados, y experiencias propias de contenciones reales, y no pura demagogia, relatos

sangrantes de un ingreso reciente, opiniones de alternativas a tales medios, es desde abajo

desde donde se puede crear una verdadera óptica; no desde estructuras corporativas que

financian investigación con dinero de fármacos, que poco a poco buscan un control e

institucionalización, con apoyos políticos.


Triste, como siempre ver que, analizándolo, con el tiempo se pierden perspectivas, cuando casi

siempre la única respuesta a la eterna pregunta es: ESCÚCHAME, puede parecer una obviedad,

sin embargo, no lo es cuando a nivel docente se trata la enfermedad mental como un CONCEPTO, 

hasta se dan el lujo de conceptuar su evolución histórica y el comienzo en el siglo XIX de una 

disciplina formal dedicada al estudio científico de comportamientos anormales.


Y para muestra un botón: La O.M.S define la salud mental como condición que permite un

desarrollo óptico del individuo desde un punto de vista físico, intelectual y afectivo, en la

medida compatible con la salud de los otros.


Por cierto, no le debo nada de lo que corre por mis venas, ni tampoco a quienes me lo

recetaron un día de hace ya 36 años, lo vivido, ni donde la vida me ha colocado, hijo, padre y

abuelo, y aunque sea una frase que suene pretenciosa: "supera eso..."


Dedicado a todos l@s compañer@s con los que comparto mi día a día, su caminar a cada

madrugón, y a todos l@s compañer@s de sufrimiento mental que ya son parte de mi vida y los

que me quedan por conocer.


UN LOCO FELIZ

Comentarios

Entradas populares de este blog

MEDIDAS DE APOYO PARA EL EJERCICIO DE LA CAPACIDAD JURÍDICA

DIA DEL ORGULLO LOCO 2023

QUIENES SOMOS